jueves, 22 de septiembre de 2022
domingo, 18 de septiembre de 2022
Henry Alexander Gómez, premio "Miguel Hernández - Comunidad Valenciana 2022"
Os presentamos al premiado en esta edición 2022 del premio Internacional de Poesía "Miguel Hernández - Comunidad Valenciana". Se trata del poeta colombiano Henry Alexander Gómez. Nacido en Bogotá, 1982, es Magister en Creación Literaria de la Universidad Central y Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Es director del Festival de Literatura “Ojo en la tinta”. Dirigió el Taller Distrital de Poesía Ciudad de Bogotá en el año 2018 y 2019. Ha recibido diferentes distinciones, entre ellas, el Premio Nacional de Poesía Universidad Externado de Colombia, el Premio Nacional Casa de Poesía Silva y el Premio Internacional de Poesía José Verón Gormaz de España por el libro Tratado del alba (2016). Otros libros publicados: Memorial del árbol (2013), Segundo Premio Nacional de Poesía Obra Inédita; Diabolus in música (2014), Premio Nacional de Poesía Ciro Mendía; Georg Trakl en el ocaso (2018); La noche apenas respiraba (2018) Mención Honorífica Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz y Finalista del Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Cultura. Es cofundador y editor de la Revista Latinoamericana de Poesía La Raíz Invertida (www.laraizinvertida.com) y docente de las universidades Javeriana y La Salle. Su obra La torre de los caballos azules ha merecido el galardón de esta edición del Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández - Comunidad Valenciana.
jueves, 15 de septiembre de 2022
Vuelve el Premio Internacional de Poesía "Miguel Hernández - Comunidad Valenciana" 2022
![]() |
Reproducción libre del cuadro La torre de los caballos azules , de Franz Marc, realizada por Alba L. Giménez |
Como desde hace once ediciones, en colaboración con la Fundación Cultural Miguel Hernández, la llegada del otoño nos trae el acto de entrega del Premio Internacional de Poesía "Miguel Hernández - Comunidad Valenciana". En esta edición, lo organizamos como puerta de entrada a la actividades del otoño hernandiano, donde se conmemora el nacimiento de Miguel Hernández. Así, será el 24 de septiembre, sábado, a las 20:30 h. en el Auditorio de La Lonja de Orihuela. Recibiremos entonces al galardonado, el colombiano Henry Alexander Gómez, que fue premiado por su poemario "La torre de los caballos azules". Como siempre, os esperamos para celebrar la poesía...
lunes, 16 de mayo de 2022
Agradecimiento
Todavía estamos intentando asimilar la magnífica noche que vivimos el sábado con el VIII encuentro del Aula de Poesía Miguel Hernández. Ver un auditorio repleto de público para oír hablar de poesía es una satisfacción que pocos días se produce. Nuestro agradecimiento a quienes siempre nos han seguido cuando hemos realizado algún proyecto en torno al mundo de la poesía. Nuestro agradecimiento, como siempre, a la Fundación Cultural Miguel Hernández y a su director, D. Aitor Larrabide. Nuestro agradecimiento a quienes, por primera vez se acercaron ayer a nuestra propuesta escénica y audiovisual. Nuestro agradecimiento a nuestras colaboradoras musicales, que hicieron posible momentos de gran emoción. Y, por supuesto, nuestro profundo agradecimiento a Manuel García Pérez. Pocas personas pueden presumir de tener un poder de convocatoria tan potente y de utilizar con tanta maestría el poder invocador y vehemente de la palabra. Fue todo un placer tenerlo como invitado a nuestro Aula, en la que siempre ocupará un lugar destacado.
viernes, 13 de mayo de 2022
VIII Encuentro del Aula de Poesía Miguel Hernández
Como no puede ser de otra manera, mañana a las 20:00 horas, en el Auditorio de la Lonja, os esperamos...
lunes, 9 de mayo de 2022
Manuel García Pérez, poeta invitado al VIII Encuentro del Aula de Poesía "Miguel Hernández"
lunes, 2 de mayo de 2022
Vuelve el Aula de Poesía: VIII Encuentro. Poesía y Filosofía, con el poeta Manuel García Pérez
miércoles, 24 de noviembre de 2021
Javier Rodríguez González, premio "Miguel Hernández - Comunidad Valenciana 2021"
Yo soy la corredora de fondo.
Nadie decidirá mi destino.
No busquéis mis pecados en Google:
este rostro carece de historial.
Desconozco los motivos de la furia,
los lugares comunes, los clubs privados con decálogos de
odio.
He desdeñado las lisonjeras salmodias del neón,
la fraternidad sediciosa de las pantallas,
la apócrifa complicidad de los likes multiplicados.
Solo hay una vocación:
la incandescencia inmortal en el horizonte,
la promesa del viento que inunda
los solares desahuciados de la civilización,
estaciones de tren petrificadas en el olvido,
la posibilidad incierta de otro amor,
hirviendo siempre en lontananza.
Pero algún día retornará el don primigenio.
Se desvanecerá la jauría cibernética.
Recobraremos la visión nocturna de los stalkers,
retornaremos dichosos al antiguo auditorio celeste,
a nuestro plácido refectorio solar,
como ruiseñores dormidos
en sureños bohíos saturados de luz.
lunes, 15 de noviembre de 2021
Vuelven el Premio Internacional de Poesía "Miguel Hernández"
domingo, 26 de septiembre de 2021
Reseña sobre "La estirpe", de Eduardo Boix
La estirpe: reconstruyendo al monstruo; deconstruyendo los géneros literarios
Álvaro Giménez
Así, bajo el subtítulo de Autobiografía del monstruo, La estirpe se nos presenta, inicialmente, como proceso, entre periodístico y pseudocientífico (ya empieza aquí la mencionada fusión de géneros), para buscar el origen del monstruo: He intentado encontrar la génesis del monstruo, de dónde viene y cuál es su estirpe – indica el narrador al final del primer capítulo, Cosmovisión.
Sin embargo, lejos de convertirse en un catálogo de casos de pederastas, psicópatas y parricidas o un sesudo ensayo que ahonde en causas profundas para hacernos entender la forma de actuar de tales desequilibrados, la obra va derivando en una sutil mezcla de acontecimientos personales del autor que jalonan, en ocasiones con un punto mayúsculo de azar o casualidad casi ficcional y literario, esas existencias en apariencia lejanas y ajenas a él y a todos nosotros.
De este modo, y especialmente a partir del capítulo titulado La estirpe, el libro adquiere un tono de confesionalidad y autobiografismo que consigue enganchar al lector y hacer muy ameno su trasiego por la lectura.
Los distintos episodios familiares (sobre todo aquellos relacionados con sus abuelos) que el autor va compartiendo progresivamente, generan en el lector la sensación de empatía y, a la vez, cierto "morbo" para comprobar hasta qué punto han influido en el carácter de Eduardo Boix. Al mismo tiempo, sirven como antesala o punto inesperado de comparación con personajes míticos como Virginia Woolf o Silvia Plath, (en el capítulo La familia). Es este uno de los aspectos más destacados del libro. La habilidad que el autor posee para que algo tan aparentemente ajeno como la existencia de ambas poetas pueda asemejarse a la de miembros de su familia. La fórmula se va repitiendo a lo largo del libro, incidiendo en esa mezcla de géneros de la que hablábamos al principio: narración y documentación casi periodística unida a lo autobiográfico sin caer en el exhibicionismo personal o en la anécdota per se: la coincidencia con una conocida del famoso parricida argentino Barreda; el encuentro con un “doktor” supuestamente vinculado al nazismo; los años de convivencia con un concejal pederasta…
Como condimento de todo ello, merece la pena fijarse en los apuntes culturales de la adolescencia e infancia del autor que complementan los distintos capítulos. Son muchas las citas de cine y literatura que dan un tono de manual de cultura contemporánea a La estirpe, en especial, esas referencias a la cultura de los 80 que han configurado, como dice Karmelo C. Iribarren, la forma de ver el mundo de quienes, como Eduardo, nacimos en los 70.
Este puzzle de acontecimientos personales, autobiográficos y culturales lleva al lector hacia un final que mezcla dos géneros en los últimos dos capítulos: Mi monstruo y Coda: un mundo (in)feliz.
El primero de ellos reproduce los rasgos propios de una crónica periodística, con una distancia que nos recuerda a capítulos leídos en autores como Abad Faciolince (El olvido que seremos). Es una distancia, que como en el caso del autor colombiano, tiene como objetivo proteger al narrador – autor de un recuerdo doloroso.
Por su parte, Coda, es un cierre que se acerca al terreno de prosa lírica y que sirve para enunciar la tesis del libro, ya vislumbrada en el capítulo anterior: el monstruo está cerca; el monstruo es, en ocasiones, uno mismo. Se cierra con esa máxima un libro que se resiste a una fácil catalogación y que proporciona al lector un abanico de sensaciones tan diverso como los distintos géneros que lo conforman.
Para el lector curioso queda la tarea de descubrirlos…
martes, 10 de agosto de 2021
"La canción del equilibrio", de Lars Gustafsson. Traducción de Luisa Pastor.
![]() |
Ilustración: Alba L. Giménez |
“estoy en equilibrio, todo es armonía”.
Voy de acá para allá con una cancioncilla en los labios;
ante mí, nada salvo esta cuerda floja, aún más floja conforme el paseo se prolonga,
aunque solo un poco, tan sólo por un momento,
y no se asemeja en nada al viento
este viento que sopla ahora,
que aún querría cobrar más fuerza y recrudecerse,
y si lo hiciera, quién sabe,
puede que no resultase tan arduo, después de todo, andar por la cuerda floja
ni siquiera en plena tormenta; sin embargo, pocos lo han intentado.
Cuando todo está dicho y hecho,
¿a dónde se podría ir si no?
A menudo nos decimos a nosotros mismos:
“todo está en equilibrio, todo es armonía”.
Los más altos bloques de piedra hacen equilibrio
sobre los más bajos, y los más bajos
sobre otros aún más bajos, en su orientación correspondiente.
¡Qué bien! Qué extraordinario edificio,
qué majestuosa línea, vaya un desafío,
y mira tú por dónde, se mantiene en pie, no darías crédito
a menos que tuvieras la certeza de que hay en todo equilibrio,
hay en todo armonía, de lo contrario, ¿qué pasaría?
Duermo de noche y me despierto de día,
todo funciona bastante bien,
contesto al número correcto cuando el teléfono suena,
Contesto siempre con el nombre correcto
cuando me llaman con el nombre correcto,
y cuando la muerte señala a alguien,
éste señala a su vez a otro que acude de inmediato.
¿A dónde podría ir si no?
A menudo nos decimos a nosotros mismos:
“estamos en equilibrio, todo es armonía”.
La lluvia llega a tiempo
y las guerras son algo que ocurre lejos
y el soplón tira de la cuerda y la cuerda aguarda al asesino,
la moneda está en su justo precio,
lo que importa es tener la reacción correcta,
el punto de vista correcto, el autocontrol correcto.
Lo correcto, ¡qué bien!
Y el niño abandona la escuela justo a tiempo.
From The stillness of the world before Bach
lunes, 31 de mayo de 2021
Programa del Acto de entrega del Premio Internacional de Poesía "Miguel Hernández"
viernes, 28 de mayo de 2021
Carlos Alberto Palacio, premio internacional de Poesía "Miguel Hernández" 2020
Os presentamos al premiado en la edición 2020 del Premio Internacional de Poesía "Miguel Hernández" 2020: Carlos Alberto Palacio, Pala. En el acto de entrega del galardón, podremos disfrutar de su doble faceta de escritor y cantante, ya que cerrará el acto interpretando varios temas de su repertorio. Será el día 5 de junio a las 20:00 h. en el Auditorio de la Lonja de Orihuela.
miércoles, 26 de mayo de 2021
Acto de entrega del Premio "Miguel Hernández - Comunidad Valenciana" 2020
lunes, 15 de febrero de 2021
"Febrero", de Bill Christophersen (Traducido por Luisa Pastor)
![]() |
Ilustración: Alba L. Giménez |
El frío se
recrudece; por mucho que el anochecer
se retrase,
Febrero, con su luz de vapor de mercurio
está puliendo la
congelada superficie de color hueso
crujiente y
traicionera bajo nuestros pies.
Esta es la época
del año idónea para echar
una llave al
candado del saludable apetito,
para restituir a la
noche sus viejas ansiedades,
con el insomnio y
las pesadillas en activo;
cuando lo que es
urgente se deja para mañana
y aquello que se
ha emplazado viene a llamar
con mascullados
reproches a tu puerta,
y las enterradas
ambiciones emergen del suelo
y pegan tus escurridizos
hombros al muro,
y la esperanza es
un reptil que aguarda el mimo del sol.
martes, 12 de enero de 2021
“Meditation at Lagunitas”, de Robert Hass (Traducido por Luisa Pastor)
![]() |
Ilustración: Alba L. Giménez |
Todo el pensamiento moderno gira en torno a la derrota.
En este sentido, se parece a todo el pensamiento antiguo.
La concepción, por ejemplo, de que el hecho concreto
amortigua el radiante esplendor de la idea,
de que el pájaro carpintero, horadando con su graciosa careta
el esculpido tronco yerto del abedul, supone, por su sola presencia,
una especie de trágica caída desde un mundo primigenio
de indiscriminada luz. O esa otra visión, según la cual,
dado que no hay una sola cosa en este mundo
que se corresponda con la zarza de la mora,
una palabra es la elegía de aquello que significa.
De eso estuvimos charlando anoche, hasta bien tarde,
y en la voz de mi amigo había un leve asomo de aflicción,
un tono casi quejumbroso. Al instante comprendí que,
en una charla así, todo significante se difumina: justicia,
pino, cabello, mujer, tú y yo.
Y recordé que una vez hubo una mujer a la que le hice el amor,
y cuando tenía sus pequeños hombros en mis manos
sentí un violento asombro en su presencia,
como un anhelo de sal, un ansia del río de mi infancia,
con sus sauces insulares y el ininteligible rumor
de un plácido bote, aquellos cenagales donde atrapábamos
unos pequeños peces de color plata y ámbar llamados percas.
Y todo eso, en verdad, apenas tenía que ver con ella.
Nostalgia, ese es su nombre, que sobreviene
porque el deseo está lleno de interminables distancias.
Supongo que también ella estaría entonces igual de lejos.
Sin embargo, recuerdo tan bien el modo en que sus manos
desmenuzaban el pan, o aquello que su padre le dijo
para herirla; sus ilusiones...
Hay momentos en que el cuerpo se vuelve tan inefable
como las palabras, días en que la gloria de la carne se prolonga,
algo así como la ternura de aquellas veladas crepusculares
pronunciando mora, mora, mora.
lunes, 30 de noviembre de 2020
Agradecimiento
Con esta sencilla entrada, queremos agradeceros vuestra fidelidad y compromiso a quienes el pasado sábado nos acompañasteis en el Auditorio de la Lonja de Orihuela para celebrar el VII Encuentro del Aula de Poesía Miguel Hernández. A pesar de las circunstancias extrañas en las que nos movemos, pudimos comprobar que seguís arropándonos en todos los proyectos que emprendemos.
viernes, 27 de noviembre de 2020
Aula de Poesía "Miguel Hernández"
Os esperamos para celebrar el cine y la poesía...
Mañana a las 19:15 h. en el Auditorio de la Lonja de Orihuela
lunes, 23 de noviembre de 2020
"A solas", de Matthew Sweeney (Traducido por Luisa Pastor)
![]() |
Ilustración: Alba L. Giménez |
¿Fue Pascal quien dijo “Casi todo nuestro sufrimiento deriva del hecho de no ser capaces de permanecer solos en nuestra habitación?” Baudelaire pensaba que bien podría ser así, pero no con una certidumbre absoluta. Y echemos un vistazo a ese “casi” tan apetitoso que aparece ahí. A mi mente acude toda clase de sufrimientos que nada tienen que ver con el hecho de permanecer solos en nuestra habitación. Cuando estando en un tren me llega un email de rechazo por una obra en la que yo había depositado grandes esperanzas, por ejemplo. O por retroceder aún más, aquella ocasión en la que al volver a casa encontré muerto al ratoncito blanco que tenía con doce o trece años. O, por poner un ejemplo más mundano, cuando el avión en el que tengo una reserva se retrasa unas doce horas y mientras yo me quedo colgado en el aeropuerto.
Jamás he tenido yo, en verdad, mucho inconveniente con el asunto de la soledad. De niño, leía con voracidad y en cualquier esquina oculta era fácil sorprenderme con mi libro. El juego del golf es uno de esos casos en los que uno disfruta a solas, especialmente a primera hora de una hermosa mañana. El momento en que me sentí más solo fue cuando unos misioneros vinieron de visita a mi escuela y tuvimos que aguantar un retiro de silencio que duraba tres días. Al final de ese periodo de tiempo, me sentí como uno de esos astronautas de las películas que han de permanecer en la luna durante meses.
Baudelaire reivindicaba que su amigo el Diablo amaba los lugares lúgubres, solitarios, donde era más probable que prendiese el espíritu del crimen y la lujuria. Llegó a la conclusión de que esto no suponía realmente un peligro para la mayoría de nosotros, aunque sí, y especialmente, para toda esa gente ociosa e imaginativa propensa a los enigmas y la ensoñación. El tipo de persona que debería evitar estar solo es el charlatán o quizás el comentarista televisivo. Pero, ¿conseguirían estas personas detener su verborrea únicamente por estar privados de compañía? ¿Consiguió Crusoe, por ejemplo, permanecer en silencio en su isla antes de la llegada de Viernes? Según Elizabeth Bishop en su espléndido poema, “Crusoe en Inglaterra”, no.
Y para lograr escribir ese poema, la Sta. Bishop necesitó estar sola. Eso no hizo que dejase de cocinar o de invitar a amigos a comer con ella y beber vino con ella. Pero después de todo eso, probablemente a la mañana siguiente, ella tuvo que volver a enfrentarse con su poema, con su soledad.
A mi modo de ver, tal vez el ilustre francés exagerara los beneficios de estar solo. El escritor y filósofo Jean-Paul Sartre, por ejemplo, en su obra A puerta cerrada incluye la famosa sentencia “El infierno son los otros”. Sí, todos sabemos hasta qué punto suelen ser irritantes los otros, y con qué urgencia se nos representa la necesidad de escapar de ellos. Pero esos dos personajes de Vladimir y Estragón que protagonizan Esperando a Godot, de Beckett, nos demuestran que incluso en el universo del absurdo tiene su importancia tener compañía. Se dice que Beckett se inspiró para su obra en una o dos versiones de la pintura Dos hombres contemplando la luna, de Caspàr David Friedrich que él descubrió en un viaje que hizo a Alemania en 1936 o 37. En ambas versiones del cuadro uno de los hombres apoyaba su mano en el hombro del otro, un gesto de compañerismo como pocos.
Baudelaire cita al filósofo y moralista francés Jean de la Bruyère (o Delabruyère, como él mismo firmaba), “Qué gran desgracia no poder estar solos”, como si reprendiera a todo aquel que quiere zambullirse en una multitud o entrar a un bar abarrotado. ¿Qué hay de esa magnífica palabra francesa, "fraternidad", la tercera en el unificador grito de la Revolución? Quiero cerrar esto con otra cita de la Bruyère: “Más allá de las dificultades crecen los milagros”. Yo me quedo con ésta. Cualquiera en esta compleja sociedad debería darle unas vueltas a este asunto.
domingo, 15 de noviembre de 2020
Vuelve el Aula de Poesía "Miguel Hernández"
Seguiremos informando...