martes, 10 de noviembre de 2020

"El suéter de Vladimir Ussachevsky", de John Haines (Traducido por Luisa Pastor)

 

Ilustración: "El búho en la máscara del soñador"
Alba L. Giménez


Encaro el viento de las avenidas

una noche de primavera en Nueva York.

Llevo bajo mi delgada chaqueta

un suéter que me dio la mujer

de un genio nacido en Manchuria.


La calidez de ese suéter contrasta

con la fría indolencia de la ciudad, una manzana tras otra.

Los edificios me parecen montañas

que juegan a alejarse conforme yo trato de alcanzarlas.


En mi imaginación, el tráfico se transforma en ganado

que deambula por fangosos pastos.

Puedo sentir sin esfuerzo alguno a mi alrededor

los largos desplazamientos de los hombres y sus caballos.


Es primavera en Siberia o en Mongolia,

dondequiera que se me ocurra estar.

Rudas voces, aunque honestas, me incitan

a abandonar aquella soledad:

me cuentan que todos estamos cansados

de este peso arrollador, 

de la opresión del invierno que no acaba,

que es hora de renovar nuestra vida,

de quemar los contratos que expiran, 

de elegir nuevos gobiernos.



El sol del viejo Imperio se ha puesto

y debo escribir un poema al Emperador. 

En él le hablaré como el hombre que yo 

debería ser, un habitante de la frontera,

cubierto de esa lana oscura y cálida,

mientras el viento y el humo emborronan mi cara.


Seguramente, el Emperador y su corte

querrán saber que una fantástica

y prometedora revolución empieza mañana

en una de sus remotas provincias…


(1967) El búho en la máscara del soñador: poemas reunidos, 1993.



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