martes, 27 de marzo de 2012

Homenaje a Auralaria en el blog de la Asociación Cultural Nostromo


Os queremos hacer partícipes del homenaje que la Asociación Cultural Nostromo nos hace en su blog durante este mes. La asociación, formada entre otros por Paco Mora y Dámaris Navarro, nace con el propósito de promover proyectos culturales, principalmente cinematográficos y musicales, pero está abierta a todas las artes. Desde aquí nuestro agradecimiento.

En el siguiente enlace podéis ver la entrada que nos han dedicado

Tercer premio en I Certamen Nacional de Videopoemas de Almássera.


Auralaria Poesía Escénica obtuvo el pasado viernes 23 de marzo el tercer premio en el I Certamen de Videopoemas de la localidad valenciana de Almássera con su Videopoema “Se compra oro”. El trabajo combina un poema de Luisa Pastor, “Se compra oro” con un montaje de imágenes de Álvaro Giménez. Con estos elementos, el Videopoema hace una crítica a la excesiva dependencia económica que sufrimos en la actualidad. El Certamen, incluido dentro de una semana dedicada a homenajear la poesía de Miguel Hernández en el 70 aniversario de su muerte, se llevó a cabo en el Auditorio del Centro Cultural de la localidad de Almássera y contó, además, con la presentación de Pájaros en la memoria, último poemario de la poetisa y actriz alicantina Sacra Leal, quien abrió el acto con la declamación del poema hernandiano “Canción del esposo soldado” . Junto a este videopoema, Auralaria también presentó otros dos trabajos a concurso: "Así empieza todo", sobre un poema de Álvaro Giménez, y "En primera persona", basado en el poema del mismo título de Luisa Pastor y que contó con la colaboración de Francisco Jorge Mora, cuya obra "Obertura dos motivos" sirvió de acompañamiento musical a versos e imágenes. Este último lo podéis ver en el siguiente enlace de Youtube:

http://www.youtube.com/watch?v=pdw6fkp7zUU

Además, para terminar el acto, se proyectó fuera de concurso el videopoema de Auralaria Réquiem, basado en la obra de la poetisa rusa Anna Ajmátova.

(Arriba, en la foto, Luisa Pastor y Paloma G. Santiago, organizadora del acto, en el momento de la entrega de los premios)

sábado, 17 de marzo de 2012

Versos de la rebeldía: Anna Ajmátova.




En un paseo real u onírico por la ciudad de San Petersburgo, perdido en sus neblinas y visitado por fantasmas como el de Pushkin o Esénin, el escritor y dandy Mauricio Wiesentahl, rememora junto a las aguas del Neva a esta “elegantísima poetisa”. En su Libro de Réquiems, fundamental para todo lector sensible a la estética y al fetiche de la anécdota, Wiesenthal recoge la joya del Réquiem de Anna, un escrito que responde al compromiso que asumió la autora de levantar testimonio de los crímenes y los verdugos estalinistas. Yo iría más allá, y hablaría de esta obra como un desgarrador diario del ser soviético. La tragedia del pueblo ruso, el gélido y remoto camino hacia sus estepas, el destino a Siberia que encajaron tantos desgraciados, como si se tratase de una rutina corriente… Dostoievski, sin ir más lejos, hubo de sobrevivir a la memoria de aquella Casa de los Muertos.

La poesía de Ajmátova parte del mismo escalofrío, es fruto de la crueldad. Su vida significó una constante exposición a los lobos perseguidores y hambrientos del drama. Wiesenthal se la figura “encerrada en las habitaciones de servicio del palacio Sheremétev, confinada como una criada fantasma en esos salones que habían sido despojados de estatuas y de cuadros, de tapices y alfombras”. Yo prefiero recordarla estremecida pero firme en la cola de espera, ante la prisión de Leningrado conocida como Las Cruces, que recluía a su hijo Lev, hermanada con otras tantas mujeres, “más muertas que vivas”, unidas por el dolor y la incomprensión de los hechos que conducen al hombre al aniquilamiento de toda esperanza y diciéndose a sí misma y a las otras, a las que jamás llegó a olvidar: “yo puedo dar fe de esto”.

Si la vida de todo ser tiene un sentido, la vida de quienes amasan su dolor para dar alimento al mundo, al futuro, es una herencia de ponderación inenarrable.

En el montaje que dedicamos a la memoria de Ajmátova, partimos de una adaptación propia de su Réquiem, una selección de versos que consideramos la médula ósea de una obra imprescindible para el entendimiento del S.XX, de las ruinas suyas que no dejan de emerger ante los ojos de quienes sabemos de él tan poco…

In memoriam suam. Luisa Pastor.


[Retrato de la autora: Yuri Ánnenkov, 1921.]