sábado, 7 de abril de 2012

Versos de la rebeldía: "Frente al mar" de Alfonsina Storni


Alfonsina Storni o “la reivindicación de la soledad”.
Hay un antes y un después en la vida de toda persona. En el caso de Alfonsina, esa frontera la marca la poesía. De ser una niña acomplejada y vergonzosa, pasa a convertirse en voz firme que se afianza en su sexo y se hace fuerte en la cima que ha conquistado para sí sola. Esa cima es la independencia, la libertad con que emprende un vuelo, que es la poesía. Jorge Rodríguez Padrón, en el prólogo que presenta la “Antología mayor” de Alfonsina Storni (Ed. Hiperión), explica muy bien la metamorfosis sufrida por “esa niña descendiente de suizos de habla italiana, emigrados desde el Ticino a la provincia argentina de San Juan”, poniéndola en relación con esa “vita nuova” que le llegó en su momento a Dante Alighieri. Coincido en la percepción. A ambos les alcanza el amor, de forma dolorosa; ambos perdidos, cada cual en su selva oscura, con sus panteras rondándoles y un único escudo: su escritura, que les ayuda a superar, a hacer frente a su “hora cobarde”. Alfonsina Storni ve en la escritura una salvación, al menos, transitoria. Gracias a ella, sobrevive un tiempo, pese a las llamadas erráticas y constantes del mar. En su verso se crece, se hace mujer con mayúsculas, voz que otorga dignidad al más egregio feminismo, aquel que brota de una auténtica situación de injusticia social, sin afectación alguna, sin victimismos, y se rebela contra “lo amputado y reprimido de familia en familia, de mujer en mujer”, reedificando los solares de su gente, pero llegando mucho más allá: al enaltecimiento de toda alma femenina que guardaba algo “mordiente, vencido, mutilado”.
Alfonsina, como el mar, creció y se hundió en un fondo estático y poético, y con ella algunos naufragamos, enredados entre sus algas... con una pequeña lámpara encendida.
Luisa Pastor


Joaquín Sorolla (Valencia, 1863 - Cercedilla, España, 1923)
Formado en su ciudad natal con el escultor Capuz, en 1884 estudió en Roma durante cinco años, dedicándose sobre todo a cuadros de temática histórica. Fue en un viaje a París en 1894, cuando entró en contacto con la pintura impresionista, lo que supuso una verdadera revolución en su estilo. Abandonó los temas anteriores y comenzó a pintar al aire libre, dejándose invadir por la luz y el color del Mediterráneo. Son precisamente las obras de colores claros y pincelada vigorosa que reproducen escenas a orillas del mar las que más se identifican con el arte de Sorolla. Realizó también numerosos retratos de personalidades españolas y algunas obras de denuncia social bajo la influencia de su amigo Blasco Ibáñez. Su estilo agradable y fácil hizo que recibiera innumerables encargos, que le permitieron gozar de una fama que rebasó las fronteras españolas para extenderse por toda Europa y Estados Unidos, donde expuso en varias ocasiones.

5 comentarios:

  1. Me parece magnífica la interpretación de este poema de Alfonsina Storni y el montaje también. ¡Enhorabuena, Auralaria!

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  2. Las imágenes de Joaquín Sorolla son magníficas y la interpretación muy buena. Enhorabuena.

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  3. Gracias por el estímulo que supone para nosotros vuestra compañía y atención. Un abrazo de Auralaria.

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  4. Qué bonito poema, hermosa interpretación y muy escogidas las imágenes de Sorolla. Un gran trabajo, Luisa.

    Mi abrazo
    y felicitación
    Ana

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  5. Gracias, Ana. Es un trabajo hecho con toda la inspiración que dan las bellas palabras de Alfonsina, la autenticidad de su sentir. Por otra parte, la misma admiración siento por la luz de Sorolla y sus damas melancólicas vestidas de blanco. Es como si esperasen a que algo ocurriera a orillas del mar, pero sin grandes esperanzas. Un abrazo.

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