jueves, 27 de agosto de 2020

"Las vacaciones", de Wendell Berry (Traducido por Luisa Pastor)

Ilustración: Alba L. Giménez


 “Las vacaciones”, de Wendell Berry

TRADUCIDO POR LUISA PASTOR


Hubo una vez un hombre que filmó sus vacaciones.

Iba raudo río abajo en su bote

con su videocámara al ojo, rodando

un dinámico film del dinámico fluir

sobre el que su bruñido bote se desplazaba fugazmente

hacia el término de sus vacaciones. Le mostraba

sus vacaciones a la cámara, que lo grababa,

inmortalizándolo todo para siempre: el río, los árboles,

el cielo, la luz, la proa de su ajetreada embarcación

y, ubicado en la parte de atrás, él con su cámara

preservando sus vacaciones como si en verdad las tuviera,

para que después de haberlas tenido, todavía pudiera

tenerlas. Y con el encendido

de un interruptor, allí estarían. La pega es que él no. 

En esa película él nunca sería más que una ausencia. 


Enlace al poema original


martes, 18 de agosto de 2020

"Conversación", de Ai Ogawa (Traducido por Luisa Pastor)

Ilustración: Alba L. Giménez


 Para Robert Lowell


Nos sonreímos mutuamente,

y yo me reclino contra el asiento de mimbre.

¿Cómo debe de ser eso de estar muerto?, digo.

Tú rozas mis rodillas con tus dedos azules,

y, al abrir tu boca,

una bola de luz ambarina cae al suelo

con un orificio centelleando en su interior.

No me lo cuentes, digo, no quiero oírlo. 

¿Alguna vez -arrancas - llevaste

uno de esos vestidos de seda

y debido, sin más, a un accidente,

tan leve que apenas lo sientes,

tus dedos rasgaron ese vestido,

con idéntico sonido al de un cuchillo que cortara papel?

Incluso puede que lo visualizaras

percatándote de hasta qué punto esa imagen

es simplemente la prolongación de otra imagen,

que tu propia vida

es una cadena de palabras

que un día se romperá.

Las palabras, dices, como corros de muchachas

cogidas de la mano, empiezan a ascender hacia el cielo

con sus vestidos de confirmación

henchidos como blancos globos de helio,

las coronas de flores en sus cabezas dando giros y giros

y, por encima de todo eso, 

ahí estoy yo, flotando,

y, bueno, así es como yo me lo represento

solo que diez veces más sereno,

diez veces más siniestro.

¿Qué ser vivo podría sobrevivir a una visión así?



Enlace al poema original


lunes, 10 de agosto de 2020

"Una piedra, una hoja, una puerta", de Thomas Wolfe (Traducido por Luisa Pastor)

 

Ilustración Alba L. Giménez (inspirada en "La danza" de H. Matisse)


…Una piedra, una hoja, una puerta que nunca encontré;

el origen de esa piedra, de esa hoja, de esa puerta.

Y de todos los rostros que han caído en el olvido.


Desarropados y sin compañía de nadie se nos envió al exilio.

De nuestra madre, conocimos su oscuro útero

mas no su rostro;

de la prisión de su carne llegamos a otra

que nos privó de toda esperanza de comunicación, la prisión

de esta tierra.


¿Quién de nosotros ha llegado a conocer a su hermano?

¿Quién de nosotros se ha asomado al corazón de su padre?

¿Quién de nosotros no ha vivido siempre confinado en su propia cárcel?

¿Quién de nosotros no está llamado a ser para siempre un extranjero solitario?


¡Oh, y hasta qué punto apuramos el fracaso en este arduo laberinto, perdidos,

entre las estrellas que alumbran

esta agotada y deslucida ceniza, perdidos!

Recordándonos privados del habla,

salimos en busca del lenguaje primordial que olvidamos,

el desdibujado carril que conducía hacia el cielo,

una piedra, una hoja, una puerta que nunca encontré.


Texto original extraído del libro A stone, a leaf, a door, de Thomas Wolfe (Macmillan Publishing Company, 1991)


... A stone, a leaf, an unfound door; 

of a stone, a leaf, a door. 

And of all the forgotten faces.

Naked and alone we came into exile. 

In her dark womb 

we did not know our mother's face;

from the prison of her flesh have we come

into the unspeakable and incommunicable prison 

of this earth.

Which of us has known his brother?

Which of us has looked into his father's heart? 

Which of us has not remained forever prison-pent?

Which of us is not forever a stranger and alone?

O waste of lost, in the hot mazes, lost, 

among bright stars

on this weary, unbright cinder, lost! 

Remembering speechlessly 

we seek the great forgotten language, 

the lost lane-end into heaven, 

a stone, a leaf, an unfound door.





lunes, 3 de agosto de 2020

"Pasos tristes", de Philip Larkin (Traducido por Luisa Pastor)

Ilustración: Alba L. Giménez


Al volver a tientas a la cama después de un pis,
aparto las tupidas cortinas, y se ciernen sobre mí
las nubes en fuga, la prístina luna.

Son las cuatro: los jardines, jalonados de sombras, yacen
bajo un cielo que bien podría ser la cueva de los vientos.
Realmente, hay algo ridículo en todo esto,

cómo se desliza la luna a través de las nubes que flotan
vagamente como el humo de un cañón
-altas y absurdas y aisladas – hasta hacerse remotas,

mientras una pétrea luz enfoca los tejados de abajo.
¡Píldora del amor! ¡Medallón del arte!
¡Oh, lobos de la memoria! ¡Oh, inmensidades!

No, uno siente ciertos escalofríos al mirar ahí arriba.
La cruel y radiante y clara
singularidad trascendente de esa magnífica visión

es un recordatorio de la fortaleza y el dolor
de ser joven: algo que no podré recobrar jamás,
pero que para otros permanece intacto en alguna parte.



Enlace al poema original